martes, 19 de septiembre de 2017

Noble maleza de la urbe
bella alfombra del guayacan
llevo el paso de un ciego
y de un sonámbulo sin son.

Un grito azucarado
vuelve trizas un vaso
y raya el corazón
del amante sin razón
en su sueño veloz
de acre sabor.

Yo no te canto
te nombro
porque ocultas los finados
 desplazados y perseguidos.
Voy a hacer la incisión,Oh Medellín:
Los escombros llevan los hombros
de las almas de los lisiados
entre papeles viejos y mojados.
Excrementos nuevos y viejos
de locos y mendigos
que peregrinan por el viaducto
anestesiados por el alcohol.

La ciudad exhuda por sus poros
humo de narcóticos  tisicos co2
y de piscos de cuello encorvado
en actitud de acecho para robarse la nación.

Unas pocas sombras benignas
me quedan de urapanes y ceibas,
unas de araucarias y otras de almendros
bajo las cuales rumian los ancianos
y los frutos no maduran si es que se dan.

 Hayku Cuanta tristeza en un arbol sin hojas en el otoño 2 la mariposa amarilla gusta del jóven Casco de vaca. 3 El sol, la luna la tierra p...