Está cada vez mas lindo
el cactus que me regaló
con su dedicatoria
juan, el amígo poeta,
el día que cumplí los veinte.
Miren cómo el tiempo
va envolviendo las cosas
y las cosas se sienten
acariciadas por él
o se sienten deshauciadas.
Sí, se van volviendo espacios muertos
donde no crece ni la retama
tan agradecida de los volcanes
y de las tierras áridas.
Yo que he visto líquenes
a lo largo de cables de luz
y musgos que se alimentan del óxido
como si fueran seres vivientes.
Qué hermosa experiencia
que el tiempo no toque
el cariño que juan y yo
nos profesamos.