viernes, 7 de diciembre de 2018

Desde la escala de la música
asciende la palabra
las voces salvajes no tenían palabras
los sonidos eran remolinos palabras
cual corazonadas
la mirada palpando detrás de los párpados
el tiempo era la palabra
el tacto era hermético
el zumbido de una idea
la costumbre silenciosa
el hábito silencioso
suspensa
cristalina visible
de nombrar sanguínea
continua
silencio abierto
soy

Día tras día
en las tardes inciertas
he deseado quemar mi cuerpo
en simbolizar el infinito
con la voz de un poema
desconsolado que contempla el ocaso
antes del beso negado
antes de saber como me eluden las cosas
cifrada la palabra en la luz
esa que llamo  y me llama
la misma que marca mi andar
Algo huye y retorna
un aroma salobre
una cara de niño
sobre mi rostro viejo.
Como un ciego camino
en un bosque de tinieblas
y noto los gestos
y noto los balbuceos
del horror de la muerte
en que nada se escucha
nada se comprende
sólo que la palabra surge  allí
donde nada se comparte
solo donde la vista no alcanza.

 Hayku Cuanta tristeza en un arbol sin hojas en el otoño 2 la mariposa amarilla gusta del jóven Casco de vaca. 3 El sol, la luna la tierra p...