domingo, 11 de febrero de 2018

El viajero

Cuando se paseaba
por la mañana del parque arbolado
vió caer de las copas y las ramas
las capsulitas del rocío libre
seres de la soledad cristalina
que como él viajaban
ya alegres
ya reflexivos
buscando el rostro puro de la luz.
Al amanecer
me he detenido
en la ciencia del rocío
sostenido como una nota
en el pentagrama del montón
de  hierbajos fresquísimos
que se miran en él
Quién es esta que va subiendo
con su cabellera larga azabache
con su tes blanquísima como la nieve
de labios supurantes de rojísima sangre
desnuda y muerta de frío
entre el cortejo de los violadores
que apaciguaron en su cadáver
sus voraces instintos de codicia.

 Hayku Cuanta tristeza en un arbol sin hojas en el otoño 2 la mariposa amarilla gusta del jóven Casco de vaca. 3 El sol, la luna la tierra p...