viernes, 1 de junio de 2018

Viviré sin recuerdos
como ojo de agua estancada
entre frescos mayamis
y rojas bromelias
de rincones arbolados.
Viviré olvidándome
como alas sin cuerpo
y sin pájaro de vocales.
Seré pues invulnerable
a las memorias escritas.
Araré sobre la música
mi tristeza melódica.
Y por ello no tendré mas cara.
Cómo es de grato
que lo incomprensible se desate
en esta o aquella imagen
que os señalo con un dedo
con la forma de los colores
salpicados de aquellos dolores
sobre los que descansan
los pies de nuestras tensiones.
Como algo que se sueña y se deslíe
así te he querido
 imágen de lo que no se comprende
como esa alita de algodon nieve
de polilla en la tersura del agua
que una onda pulcra desata
en el silencio del agua.
Este lugar de aquí
con que se expresa lo inextenso
inagen quieta del que se mueve
No es tal Aquí
tampoco es el infinito
Sólo tres muros delirantes;
una silla de triste paja
con su gato invisible
y algunas prendas que mienten
en la habitación de Van ghog.
Este árbol macilento 
al que hemos volado
por la casa inundada
ahora llevada por las aguas
que emite el deseo
y ya no queda más
que el pantanoso camino
por el que nos hemos ido
sin saberlo.









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