lunes, 1 de enero de 2018

De cara contra el techo
de la noche aciaga
cuyo sol implacable
como un ósculo
como tus glúteos armónicos
como tus senos horadantes
en el tiempo erizados
Cada mañana no sé cómo
me recojo y me tomo de la mano
bendigo el sueño que desahucio
y con los fragmentos armo mi cara
la que luciré por el centro
de la Urbe inevitable.
Cuatro calles lárgas
como noches sin pan
con várices de pie
tacones de punta
rojos hombres falsos
falsas mujeres con antena
fantasía seductora
de las babosas tetas de silicona
donde la miseria goza
la mala y buena vida gozan
la pena viciosa goza
entre el fragante vino
la confusion de los sexos
Antes del genocidio
Antes del suicidio
de los miserables,
Oh, tiempo, sé reversible
y arrójame sobre la comunidad
primitiva.
Tu desden ,oh tiempo
consumista sucesivo,
me abismas.
Nada dices. Pasas
la mirada fría
como la de las monedas.
Sé amígo,detente,
dialoguemos un momento.
Trabaré amistad con los viejos
dementes y leprosos.
En el cuchitril alguien te evoca
como eras está
en el brillo de sus ojos.
Te vive, pues, ese alguien:
noches de vicio,música
de pletóricas miradas.
Se reúnen en los móles
y salúdes darse
de la mesa del café
y conjuran,cuentas hacen
sus usuras infámes
nadie rompe el muro
del silencio de la muerte
nadie dice nada acerca
de las señales de los cuervos
de los signos rancios de la vida
que se expele de las cúpulas
soñadoras de metal vil.
Sólo el loco lírico
en la plaza es feliz.

 Hayku Cuanta tristeza en un arbol sin hojas en el otoño 2 la mariposa amarilla gusta del jóven Casco de vaca. 3 El sol, la luna la tierra p...