martes, 10 de octubre de 2017

DE PORFIRIO BARBAJACOB

Mi pena errante con mi vino loco
en el turbión del vicio la sepulto.
Soy huésped de garitos y tabernas
disputo al puede ser un pan ingrato
y dejo a mi carne ruin loba
de lúgubres anhelos arrecida
abandonada al logro del deleíte
desnuda en la impudicia de la vida.
Del arco de la voz del poeta
 saltó una saeta lenta 
engendrando en el aire
una ave bella.
Al paisaje daré voz
y a la lluvia dirigiré
como a una orquesta
con mi mano florecida.
Qué se oculta escondida
por aquí en la noche?
Oh¡Palabras voces
que jugaís con la luz del poeta
que os invoca cuan flores
nunca vistas¡
La belleza se espanta con la letra.
Todo gira y llueve en torno mío
con un disgusto que me socava
y sin espíritu yazgo cual árbol
de color otoñal sin dolor ni fruto.

Lejana belleza que mi niño tuvo
yo la llevo escondida quizá herida
en las níveas hierbas de mi cabeza
coronada por un desierto de rala lira.

Yo voy soñando el aire que aspiro
a ver se me dice la palabra cierta
la virtud de algun canto que alivie
esta pena sin deseo ni regalo alguno.

 Hayku Cuanta tristeza en un arbol sin hojas en el otoño 2 la mariposa amarilla gusta del jóven Casco de vaca. 3 El sol, la luna la tierra p...